Hace varios días que estoy sintiendo hacer a Peter, con más razón cuando se reveló que es importante para Eva, ya que ella tiene que ver con la manifestación de los anhelos de nuestro corazón.
Esta mañana, estaba haciéndolo cuando ha venido un ser que intentó impedirme que lo concluyera; he solicitado ayuda a la Madre, y Mikael ha venido a protegerme de ese ser. Aunque el Fuego Azul y la Rosa Cristalina ya me protegen mucho, Mikael ha venido a reforzar esa protección.
La Madre me ha pedido que me centrara en manifestar a Peter y que quitara mi atención de ese ser, pues era importante que lo manifestara. Me ha costado mucho hacer la cara de Peter; varios intentos. Según me ha dicho él mismo después, su expresión no es fácil de captar (lo que en realidad pasaba es que al principio capté el desorden en el que había estado Peter mientras que Eva estuvo desordenada, y luego le he podido plasmar ya ordenado).
Según dice Igneón, Peter tiene energía oriental; he percibido que viaja sobre una alfombra voladora y él percibe los vientos más favorables para la manifestación, es por eso que es de gran ayuda para Eva, para no gastar energías innecesariamente y manifestar cuando es el momento propicio.
Peter está muy satisfecho con cómo lo he manifestado y está encantado de que Igneón vaya a recibir su mensaje. Ahora Peter podrá ayudar mucho a Eva a atemperar su impaciencia para poder manifestar cómo y cuándo los vientos más favorables ayuden a ese propósito.
He percibido también que Peter y Eva tienen que ver con la manifestación de la unificación de 3ª y 5ª dimensión; ellos ayudan a manifestar la fusión interdimensional hacia la que va Tierra y todas sus conciencias asociadas, entre la que está la humana.
Peter: Ha llegado el momento de presentarme ante la conciencia humana de la 3ª dimensión; mi nombre es Peter, soy el compañero de Eva y con los mejores vientos consigo dinamizar la energía manifestadora de mi amada compañera.
Viajo siempre sobre una alfombra voladora, una alfombra que es la manifestación de mi don, el de saber esperar y orientar mi atención hacia los vientos favorables para manifestar los anhelos del corazón.
Gracias a tu mediación, Igneón, y la de Rowina, Eva y yo hemos podido volver a acercarnos: el sentir de la manifestación, que Eva encarna, y la dinamización de ese sentir, que encarno yo.
Hasta ahora, se había hecho una brecha entre el anhelo a manifestar y su concreción genuina, lo que generó sinfín de frustraciones, las que fueron cargando el corazón de Eva hasta que ella las hizo propias y las cosas se pusieron aún peor.
Ahora, ambos ya unificados de nuevo, podemos volver a estar ligeros, llenos de gusto por cumplir los anhelos que cada corazón sintiente abraza en su interior. Eva los percibe y da cobijo con sus energías sintientes; yo, en consecuencia, les brindo la energía impetuosa de la concreción, para que esos anhelos se manifiesten sin demora, sin interferencias.
Gracias a la participación precisa de la Madre de todos, la Madre Divina, esta unidad de la manifestación hoy es una realidad clara, limpia y ligera. Ella ha llegado en el momento maduro, en el momento en que los vientos de cambio han llegado hasta nosotros, dándonos el empujoncito necesario para reiniciar la dinámica de manifestación que ella ha concebido para esta parte de su Creación.
Tú, Igneón, me has percibido con un molinete en mis manos; es así porque ese objeto simboliza las suaves brisas que anuncian vientos favorables de manifestación. Yo te invito a que compartas con nuestra Familia Arco Iris cómo confeccionar uno, con el propósito de que cada integrante de la familia pueda tenerlo a su alcance; que le recuerde que sus anhelos a manifestar comienzan siempre por una suave y a veces tenue brisa, que luego cobra fuerzas y se convierte en viento de manifestación de los anhelos del corazón.
Rowina me ha hecho parado sobre una alfombra voladora. Esa alfombra simboliza poder manifestar cómo y cuándo los vientos más favorables ayuden a eso. Muchas veces esa alfombra permanece quieta, en el suelo, hasta que me siento llamado a subir a ella y seguir el sentir de Eva que me guía hasta esas corrientes hermosas, corrientes con las que disfruto ampliamente surfeándolas con gracia, con gusto y pericia… gracia, gusto y pericia que cada quien ha de complementar en sí mismo para manifestar sus anhelos más exquisitos.
Existen muchas historias de alfombras voladoras en la Tierra de 3ª dimensión, historias que se remontan a la época en que ustedes, los humanos, y nosotros, los elementales, convivíamos en mutuo apoyo y cuidado.
Esas alfombras están hechas de hebras, hilos y fibras vegetales adornadas con bellos dibujos y tejidos, que simbolizan los anhelos del sentir interior que sólo puede ser montada por seres inocentes, puros de corazón. Esos seres valientes, al animarse a andar caminos no frecuentados por la mente, al ser osados por seguir su corazón, la alfombra los llevaba a su destino. En el camino iban perdiendo los viejos ropajes, adquiriendo unos nuevos, cargando al ser de bella luz y a la propia experiencia con genuina Vida.
Me lleno de alegría porque nuevamente estoy con ustedes, porque Eva y yo podemos estar otra vez en los corazones y “bajo los pies” (como alfombra mágica manifestadora) de quienes se animan a seguir el llamado de sus corazones.
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¿Cómo hacer un reguilete (molinete)?
El material necesario para hacer el reguilete es:
• Una hoja de papel
• Un alfiler
• Un lápiz rematado con goma para borrar
• Una regla
• Tijeras
Para hacer el reguilete (molinete):
El papel para hacer el reguilete tiene que ser cuadrado, Asegúrate de ello doblándolo, antes de cortarlo (ver la figura 1)
Traza las líneas en diagonal, de esquina a esquina del papel, con ayuda de una regla.
Dibuja un pequeño círculo (aproximadamente del tamaño de una moneda) en el centro del papel donde las líneas se cruzan (ver figura 2)
Corta el papel siguiendo las líneas hasta el círculo.
Inclina cada una de las esquinas marcadas con una “X” (ver figura 3) hacia el centro del círculo.
Atraviesa con un alfiler recto las cuatro esquinas y el centro del papel y clava el alfiler en la goma del extremo del lápiz.
Ya está listo el reguilete (molinete), dispuesto a girar cuando soples delante de él o corras sosteniéndolo con tu mano.
Lo puedes decorar con dibujos de acuerdo a tú gusto.
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